Ella siempre duerme de lado con una almohada entre las piernas, las últimas semanas el calor la ha despertado, aunque ya no vive en Ciudad Solar, aunque duerme con una camisa de tela ligera para el calor, aunque ahora vive en Ciudad Eterna. Ella cree que se debe a su obesidad, tiene una panza muy grande para su gusto que sobresale por la presencia de unos senos muy pequeños para el espejo. Se levanta y mira la hora, aunque él se fue hace tres meses y 22 días, ella sigue despertando en su horario. Cuando era más joven despertaba después de las 10am, ahora no pasa día sin abrir los ojos a las 7:45am “debe ser el calor” se dice para mentirse, en los días cotidianos las mentiras desde temprano sirven para darle sentido a la vida, en los días tristes sirven para dar vida, pero las mentiras de ella a sí misma, que son inofensivas y no le hacen daño a nadie, ni a ella, no como las mentiras de los otros, esos seres sin rostro que estuvieron a su lado sonriendo y eventualmente terminaron borrándose, esos otros que en los días de calor sólo sirven para salvarse de pensar en él, el otro que aún no se borra, que se fue y dejó su horario clavado en la cama.
Quisiera
levantarse y hacer un desayuno elaborado, de esos que le llevan una hora para
ser devorados entre sonrisas y caras de sueño, pero por estos días con el calor
que inunda a la Ciudad Eterna no se está para esos trotes, el amor y la
dependencia emocional ya no son para ella, se levanta suavemente y camina en
tangas mientras tararea Selfless, se prepara cereal con leche y piensa en lo
hermoso que es la lluvia, que sería lindo que lloviera y así empezar mejor el
día, pero el sol se cuela por el balcón iluminando la mesa donde están las
flores artificiales que compraron juntos en Falabella.
Piensa en la
clase que dará más tarde y en cómo sus estudiantes le recuerdan la nada, son
tan diferentes a ella y las personas que ha conocido, que no entiende muy bien cómo
se pueden comunicar, siente que entre ellos y ella, hay un abismo de ideas,
palabras y memorias que nunca les permite conectarse del todo, luego piensa en
él cuando el tarareo dice “Life is too short, but I will live for you”.
Termina el cereal
y no se siente con fuerza para lavar los platos, va a la ducha y recuerda la vez
que se bañó con él mirándola desde la habitación, estaba sentado desnudo mirando
fijamente cada movimiento de sus manos con el agua recorriendo su cuerpo, en
aquel momento se sintió el centro del universo, hoy el agua salió fría y se
sintió en medio de la nada, la canción llegaba al bridge “He's never there, but
I don’t care, I can't tell you
what and where”, se duchó como si nadie en el universo supiera de su
existencia, como si lo único real en su vida fuera el sonido del agua al compás
del grito triste de Casablanca en su cabeza.
Tomó el celular e
ignoró las 14 notificaciones de chat, buscó a su jefe y le escribió señalando
que no podría ir a dar la clase, que su garganta le dolía (aunque no había pronunciado
palabra alguna en lo que llevaba del día), que tenía fiebre (lo que tenía era
calor), que la disculpara. No esperó respuesta y se acostó desnuda sin secarse
para sentir lo más parecido a estar bajo la lluvia por esos días, la canción
había vuelto a empezar en su cabeza “Please
don’t be long, cause I want you now I don't have love without you around”, cerró
los ojos y lo recordó sonriendo a su lado un domingo de lluvia en Ciudad
Eterna, recordó su olor mientras colocaba una almohada entre sus piernas y una
lágrima se le mezcló con el agua que caía del cabello al recordar su mirada
cuando ya no la amaba, en su cabeza sonó “Life is too short, but I will live
for you” y se durmió
Soñó con la lluvia.
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