domingo, 6 de abril de 2014

La dueña del cactus



-Buenas noches. Le dice al portero, entra al conjunto con la mirada baja y después de hundir un botón espera el ascensor. 

Dentro de la caja gris escucha august winds de Sting pero no se percata que se sabe la canción. El movimiento le hace sentir por un momento como que su cuerpo no tuviera relación alguna con él y por primera vez ese día,mes,año,vida, se siente bien.

Llega a casa y el aire frío de la media noche le recuerda que dejó el ventanal del balcón abierto y que ha llovido y que ha caído agua y que se ha entrado a su sala y que todo, desde el sofá hasta la mesa llena de cactus de miles de colores,formas,olores,chuzos y recuerdos se ha inundado. Se siente mal por sus cactus.

Le da algo de gracia que la lluvia inundara sus plantas de desierto y que la brisa fría del balcón helado no le quite esa sensación de calor que sale de sus huesos. Entra a la habitación, se desnuda y busca en el closet el revolver. Le da play al reproductor bajo el televisor y empieza una canción que usted lector ya debió escuchar cuando empezó a leer esto, se dice que justo, desde hace días,meses,años,vidas ha estado pensado en vos y se pega el tiro sabiendo que la lluvia que inundó sus cactus no le ayudará a su soledad calurosa de trópico.

Después de que el martillo presione la bala de punta hueca calibre 38, la cual vuela a la velocidad del sonido y se encuentra con la carne/hueso de la nariz/boca y sale atravesando el cerebro/hueso hasta estrellarse con la pared blanca mal pintada que pintó con la dueña de los cactus y con la dueña del arma y con la dueña del cd original que ahora suena en la misma canción que usted ya escuchó, todas la misma mujer, la misma dueña.

Antes de morir del todo El Flaco pregunta si hay algo en él que ella no odie y el cuerpo muerto/vivo suelta una pequeña mueca en forma de sonrisa en su boca/nariz estropeada que huele a pólvora. 

Una gota de sangre cae sobre el cactus que estaba en el centro de la mesa, cactus que fue el primero que ella le regaló.

*Tiempos a parte (a manera de tiempos de...)

Ayer hubo una obra de teatro, en la que los actores eran voluntarios, unos no llegaron a tiempo y el director los sacó de su papel obligando a que fueran espectadores desde fuera del teatro. Otros fueron actores, llegaron a tiempo a sus citas y buscaron su compañero en la tarima, su presentación fue tan buena que al final de la obra todo el mundo se puso de pie y les aplaudió, su piel se erizó y brindaron por las animas que les apoyaron.

Yo, fui un fantasma que sólo quería bailar, pero se me olvidó el guión en medio de la noche, se me cruzaron los papeles, las imágenes y salí abucheado del teatro.

No volveré a teatro.

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