Su hija ve dibujos animados y su esposa en la cocina tararea la canción que sonaba mientras él de rodillas le pedía matrimonio. Intenta recordar si tiene algo de dinero y se siente confiado en su pantalón y el la billetera de las 3 tarjetas y los 23 billetes de la más alta denominación, entonces se percata de que no se ha percatado que todo en su hogar está bien, que la hija es feliz y rinde en el colegio, que su esposa está ciegamente enamorada de él, con esa ceguera que impide ver que su propio esposo a veces en las noches cuando llega tarde del trabajo huele a pólvora y sangre. Se siente aliviado y por un segundo piensa en la mujer que se fue con su hija hace ya 20 años y piensa en su hija que ya debe tener 23 y piensa que quizás ella está mejor sin él.
Suena el timbre.
Su hija le dice que el señor que siempre lo va a buscar está abajo, él se levanta del sofá y camina a la puerta, ve los ojos de su compañero de los últimos 7 años y le pide a la esposa que llame a la hija, cuando la hija se ha alejado saluda de mano a su compañero, le pide que cuide a la familia y cierra los ojos.
El disparo no hace tanto ruido como se acostumbra, la bala no se fragmenta en el cuerpo como se acostumbra y él no siente dolor como pensó que sentiría mientras sus rodillas se doblan y el cuerpo se desploma, piensa en el velorio donde sus hijas se conocerán.
En la cocina, la esposa sigue tarareando la canción que cree haber escuchado mientras él le proponía matrimonio.
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