sábado, 8 de marzo de 2014

Fiebre

Abres un ojo, el otro se quedó cerrado y tienes la mitad de la perspectiva de la habitación oscura. Al primer intento de respirar consciente tu nariz se quema, la mano derecha al cuello y sientes que arde, te levantas, abres los dos ojos y todo sigue igual de oscuro que en tus sueños. 
Tomar aire por la nariz y evitar abrir la boca, caminas buscando algo que sabes debe estar por ahí, la encuentras después de patearla, el sonido del cristal rodando te dice dónde está. La levantas y un buen sorbo te devuelve la sensación de que tu piel no se ha ido aún, te erizas y sientes los demonios salir de tu boca.

Sales a la sala y prendes el televisor, no hay nada, nunca hay nada, buscas en el computador y sólo de verlo sientes mareo, vuelves a la cama y cierras los ojos, acostado intentas ahogarte en licor y desistes al acabarse la botella. Susurras su nombre y te quedas dormido.

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