domingo, 8 de diciembre de 2013
Cali, lluvia y vos.
"mi caso es parecido, estuve en Lugar a dudas donde me aburrió la actitud infantil, machista y pendeja de los artistas de ahí. Salí a caminar por Cali, a veces me detenía a respirar, y caminé bajo la lluvia por la quinta, San Antonio, por tu antigua casa y por la casa de Carlitos; pasé por la topa y hasta Don Hebert el cual estaba más solo que yo.
Me encontré con un chico llamado César que era amigo mio hace un tiempo, estaba bajo ácidos y con una botella de Vodka a medias; hablé con él y fue como hablar con un pasado que sentí tan lejano, me sentí tan lejos de él y tan lejos de esos espacios, sentí como que si mi vida fuera otra que aún no encuentro y que estoy en una sala de espera a ser llamado para vivir.
Como si lo que sucede ahora fue algo que sólo sucede previo a algo que vendrá, me llené de esperanzas de algo que como todo traerá alegrías y tristezas.
Anoche sentí mucho en Cali.
Dentro de esa esa esperanza que me llenó por un instante, quizás el nombre de ella surgió entre las gotas de agua que inundaban mi calva cabeza.
El viernes, estaba solo en una cinemateca de la ciudad y el actor que al final se queda solo dijo que la soledad era como la lluvia; es bueno sentirla y mojarse de vez en cuando, que podemos estar solos y aún así no estarlos, el actor dijo que lo bueno de lluvia es el poder saber que tenemos un lugar donde escamparnos, una casa donde llegar."
Ayer, fue soledad, lluvia y un par de lágrimas por culpa del saber que no tengo un lugar donde escampar, una casa donde llegar.
Una casa que tenga su cabello por ahí, un trío de ladridos y meneos de cola que te hacen sonreír, una habitación oscura que con polvo y alergia te diga hola.
Ayer la lluvia fue fatal, casi al nivel de la lluvia de los suicidas, al saber que nunca podré estar cerca de ese hogar.
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