miércoles, 19 de febrero de 2014

Hoy está lloviendo

Ella ahora usa vestidos y se pone tacones, se maquilla cada mañana, pone aretes que a pesar de la alergia debe usar y con un beso se despide de su amor. Yo me debo ubicar en el cuarto todas las mañanas, recordar si estoy desnudo o vestido y después de una cagada ducharme con calma sin masturbarme, desayunar lo que dejé en la cocina de la madrugada anterior y pasarme con un sorbo amargo de leche la soledad.

Ella sale en una ruta que la lleva a su oficina, se sienta en una silla y sin afán alguno empieza su jornada laboral la cual consiste en crear proyectos que intervengan y transformen para bien algo de esta ciudad, además de insinuarle deseos sexuales a alguien por chat. Yo llego a una oficina después de 20 minutos de caminata, me encierro en un cubículo a escribir entradas y cuentos, a veces cuando hay mucha presión trabajo y al salir siempre busco alguna forma de tomarme una cerveza.

Ella se siente ausente, abstraída de la realidad que la rodea, como un ente que divaga entre calles y cubículos de oficinas donde nadie ve nada, donde su lógica (ella es la persona más racional del mundo) no la deje acercarse más de lo necesario a los otros (y a veces ni eso logra hacer). Ella es inconforme en un mundo donde la conformidad la besa en la mejilla a diario. Ella tiene un amor, un trabajo, belleza e inteligencia, tiene faldas y lindas piernas, tiene lindos labios que nunca dicen algo sin haberlo pensado, tiene un amante cibernético que piensa más en ella que en sí mismo, tiene su familia (que pueden ser una carga pero familia al fin y al cabo), ella lo tiene todo pero no sabe como disfrutarlo sin pensar en aquello que falta. Yo estoy solo.

Ella hoy ha tomado la decisión de continuar con su vida sin mirar atrás, ha decidido seguir siendo la mujer con su amor y su trabajo, con su monotonía y sus tristezas calladas en conversaciones insulsas de oficina con la empleada del servicio que siempre es quién la ayuda. Ella decide continuar como una forma de cambiar un poco. Yo, después de perder a mi amor de chat, me he decidido suicidar.


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